“No era ceguera… eran manchas que flotaban, se movían intermitentemente.

De repente, al ponerme las gotas, mi visión cambió.
Aparecieron manchas… como sombras líquidas, grasosas.
¿Era normal?
Llamé a preguntar.
Pero la respuesta no fue tan clara como esperaba.

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Episodio 32: La alegría también sana

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Episodio 34: Cuando la herida se transforma