“Su presencia, su mano sobre la mía…
 esos pequeños gestos .

Con sus palabras sencillas y sus abrazos…
llenaban de esperanza mis días.
 Ellos no tenían las respuestas que yo buscaba…
pero me daban algo aún más valioso:
la certeza de que no estaba sola.


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Episodio 6: Preguntas sin respuestas

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Episodio 8: Éxito clínico… y cada día peor